07 julio, 2009

Publicado originalmente el 4 de Agosto del 2007, sin título.

Hace ya tiempo que comencé a ver al que creí que era el tren fantasma.Nunca paraba en la estación. Con sus vagones viejos, oxidados, iba tan rápido que apenas alcanzaba a distinguir, a través de sus ventanillas rotas, unas siluetas casi humanas ocultas en la oscuridad casi absoluta.La intriga se apoderaba de mí, quería saber su destino, la identidad de sus pasajeros.Hoy, al entrar a la estación de Olivos, lo encontré parado, y respondí mis preguntasSe confirmaron mis sospechas. Es un tren fantasma que solo yo veo, y sus pasajeros: los cartoneros.

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